28 de mayo de 2025
Dólares del colchón: el Gobierno opera sobre las provincias frente al desafío de sostén político y confianza para su plan

Los contactos iniciales con gobernadores exponen la necesidad de consenso y sintonía entre las medidas nacionales y locales. Resulta crucial para generar credibilidad. Existen ya planteos sobre el control del lavado. Y asoman posiciones que no pueden igualarse en las críticas
Después de semanas de trascendidos imprecisos, el Ejecutivo resolvió anunciar una serie de medidas prácticas a su alcance, acompañadas al menos por un paso que debería ser dado en el Congreso. Se trata de modificaciones a las leyes específicas de los regímenes penal tributario y de procedimiento tributario, que de acuerdo con consideraciones de especialistas estarían centradas de manera casi excluyente en dar garantías para evitar la categoría de evasor y favorecer las prescripciones.
De todos modos, tampoco el Gobierno arrancó con una convocatoria exenta de cálculo político menor. Y la línea divisoria entre los jefes provinciales que atendieron el llamado inicial del Gobierno y los que no asistieron a la convocatoria quedó contaminada por el juego político, a pesar de que se trata de un tema sensible. Es ilustrativo el repaso de esta primera ronda de acercamiento, además de algunos otros datos menos visibles.
Esa primera ronda expuso matices y dejó también algunos gestos increíbles para lo que está en discusión. Nada lineal. Estuvieron en la conversación representantes de las dos provincias en manos de peronistas dialoguistas (Tucumán y Catamarca), de ocho de las diez administradas por lo que fue JxC y aliados (Entre Ríos, Mendoza, Jujuy, Chaco, Chubut, Corrientes, San Juan y San Luis) y de siete manejadas por fuerzas provinciales o no alineadas automáticamente en el plano nacional (Misiones, Neuquén, Río Negro, Salta, Santiago del Estero, Santa Cruz y Córdoba).
Está a la vista que los gobernadores peronistas/K que suelen tener posiciones más duras frente a Olivos no participaron, al menos por ahora. No se trata de posturas cerradas, como se ha visto en el Congreso, aunque, por supuesto, ese lote es encabezado por Buenos Aires e integrado por Formosa, La Pampa, La Rioja y Tierra del Fuego. Pero tampoco fueron parte de este primer capítulo Santa Fe, con el radical Maximiliano Pullaro anotado entre los ganadores de la primera tanda de elecciones provinciales, y la Ciudad de Buenos Aires, donde el macrismo viene golpeado por los comicios de hace apenas diez días.En cuanto a las primeras reacciones de Axel Kicillof, es difícil imaginar que queden fuera de la lógica del enfrentamiento electoral que viene. Luego del triunfo libertario en el distrito base del PRO, se aceleraron las tratativas entre violetas y amarillos -tal vez, con radicales, según cada sección provincial- para la batalla contra el núcleo del peronismo/kirchnerismo en territorio bonaerense.
El de las tensiones es un camino riesgoso porque, está dicho, el objetivo del consenso político asoma como un paso ineludible para apostar a la confianza social en los anuncios. En otras palabras: no sería razonable dejar abierta una contraposición práctica entre medidas nacionales y controles locales.En cambio, el discurso desde La Plata fue abiertamente confrontativo. Kicillof descalificó el plan del Gobierno, al que definió como un blanqueo de hecho y sin respaldo legislativo. Dijo además que mantendrá su esquema de fiscalización tributaria. Es el inicio de una nueva pulseada.
Por lo pronto, en medios opositores se destaca que ARCA lanzó de hecho una advertencia sobre la posibilidad de limitar la información fiscal a los correspondientes organismos provinciales, si los gobernadores no se alinean con la decisión nacional. Cuesta imaginar un efecto positivo si las tensiones terminan en batalla política.