Jueves 8 de Mayo de 2025

Hoy es Jueves 8 de Mayo de 2025 y son las 16:31 -

21 de abril de 2025

La celebración del Domingo de Resurrección y el paralelismo entre la Pascua cristiana y el Pésaj judío

La Pascua es la celebración central del cristianismo, en la que se conmemora la resurrección de Jesús y se renueva la promesa de vida eterna. A través de los relatos evangélicos, los rituales litúrgicos y las tradiciones familiares, esta festividad conecta elementos históricos, teológicos y culturales que reflejan su vínculo con el judaísmo y su vigencia en la vida de millones de creyentes en todo el mundo

>La Pascua cristiana, que celebra la Resurrección de Jesucristo, es la festividad central del cristianismo. La iglesia, a través de siglos de tradición, perpetuó en la memoria de ese acontecimiento trascendental que ocurrió hace más de dos mil años, cuando Cristo, tras su muerte en la cruz y según la fe de los cristianos resucitó de entre los muertos, derrotando así el pecado y la muerte, y abriendo la puerta a una nueva vida para la humanidad. Este día, conocido como Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua, es el ápice de la Semana Santa, que conmemora los últimos días de la vida de Jesús en la Tierra y se presenta no solo como un acontecimiento histórico de la Iglesia, sino como una experiencia de transformación espiritual y de esperanza renovada para todos los cristianos del mundo.

El Evangelio de Juan ofrece una perspectiva personal y cercana, centrándose en María Magdalena. Ella, al igual que las otras mujeres, encuentra el sepulcro vacío y, tras correr a contarles a los discípulos, regresa al lugar. Allí, llora desconsolada al no encontrar el cuerpo de Jesús, hasta que se le aparece el propio Jesús, aunque ella no lo reconoce de inmediato. Jesús la llama por su nombre, y cuando ella responde, Él le dice: “No me toques, porque aún no he subido al Padre” (Juan 20:17). La resurrección de Cristo, como se muestra en estos relatos, es un hecho que lleva consigo un mensaje profundo: la muerte no es el final, sino el comienzo de una nueva vida, diferente; al punto tal que Jesús es solo reconocido por ciertos gestos o palabras.

Uno de los momentos más significativos de esta liturgia es la bendición del Fuego Nuevo y el Cirio Pascual. En la oscuridad de la iglesia, el sacerdote bendice un fuego nuevo, que simboliza la luz que surge de la Resurrección de Cristo. A partir de este fuego, se enciende el Cirio Pascual, una vela grande y decorada que representa a Cristo resucitado. Mientras se enciende, el sacerdote entona el “Exsultet” o Pregón Pascual, una antigua y solemne proclamación de la victoria de Cristo sobre la muerte. En este himno se recitan las palabras: “Exulten los cielos y la tierra, porque el Señor reina. ¡Cristo, nuestra luz, ha resucitado!” El Cirio Pascual es colocado en un lugar prominente dentro de la iglesia, y durante la misa, su luz se distribuye entre los fieles, representando la transmisión de la luz de Cristo resucitado. La liturgia del sábado de Gloria es mucho más que la celebración de la resurrección. Es también una reafirmación de la promesa de vida eterna que Cristo ofrece a todos aquellos que lo siguen.

La misa también incluye lecturas bíblicas que recorren toda la historia de la salvación, comenzando con la creación del mundo en el libro del Génesis y culminando con el relato de la resurrección en los Evangelios. Estas lecturas están pensadas para recordar a los fieles que la resurrección de Cristo no es un hecho aislado, sino el cumplimiento de una promesa que comenzó con la creación y se desarrolla a lo largo de toda la historia sagrada. Son 7 lecturas con sus salmos. En medio de ellas, antes de comenzar el Nuevo Testamento; se canta el himno del Gloria. Es el momento simbólico en el cual Cristo resucita, se encienden todas las luces del templo y las campanas son lanzadas al vuelo; las liturgias orientales, el sacerdote sale detrás del iconostasio repartiendo hojas verdes y flores: es la vida que se renueva. Luego continúan las lecturas hasta el evangelio en el cual se entona con gran solemnidad el Aleluya que no se cantaba desde el inicio de la cuaresma el miércoles de ceniza.

Luego de la homilía llega uno de los momentos más conmovedores de la celebración es el bautismo de los catecúmenos, aquellos que han estado preparándose para recibir el sacramento del bautismo y ser incorporados plenamente a la Iglesia. El sábado de Gloria es el momento en el que se realiza este bautismo, simbolizando la muerte al pecado y la resurrección a una nueva vida en Cristo. La liturgia del sábado de Gloria es, por lo tanto, un acto de renovación y reconciliación, tanto para los nuevos miembros de la Iglesia como para los ya bautizados.

El paralelismo entre la Pascua cristiana y el Pésaj judío

El Pésaj, que conmemora la liberación del pueblo judío de la esclavitud en Egipto, es una festividad que celebra la victoria sobre la muerte y la opresión. De manera similar, la Pascua Cristiana celebra la victoria de Cristo sobre la muerte, y en este sentido, el triunfo de la vida sobre la muerte y la esclavitud es el hilo conductor que une ambas celebraciones.

Al igual que el pueblo judío fue liberado de la esclavitud en Egipto, los cristianos creen que, a través de la resurrección de Cristo, la humanidad ha sido liberada de la esclavitud del pecado y la muerte. Este paralelo no es solo histórico, sino teológico. La Pascua Cristiana no solo es la celebración de un acontecimiento aislado, sino el cumplimiento de las promesas de Dios de redención y liberación para todos los pueblos.

Los cristianos celebrarán esta festividad reuniéndose en familia junto con amigos y comerán “rosca y huevos de Pascua” Estos dulces son dos tradiciones emblemáticas que acompañan la celebración pascual. Ambas costumbres, aunque tienen raíces precristianas, han sido integradas y reinterpretadas a lo largo de los siglos dentro del contexto de la Pascua, simbolizando de diversas formas la resurrección de Jesucristo y la vida nueva que se da a partir de este día.

La rosca de Pascua tradicional posee un decorado con frutas secas, azúcar y a veces glaseado. Su forma, generalmente circular, simboliza la eternidad de la vida de Cristo y el ciclo perpetuo de la resurrección. La rosca es, además, un alimento compartido entre familiares y amigos, lo que refuerza el sentido de comunidad y fraternidad propio de esta celebración. En muchas culturas, dentro de la rosca se suele esconder una pequeña figura, como una figurita de Jesús niño o un muñeco que representa al rey. Quien encuentra esta figura es tradicionalmente considerado el afortunado, y puede tener la responsabilidad de organizar la próxima celebración o fiesta.

COMPARTIR:

Comentarios

  • Desarrollado por
  • RadiosNet