Lunes 5 de Mayo de 2025

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5 de mayo de 2025

Reuniones, debates y alianzas: ¿qué sucede a puerta cerrada para elegir a un Papa?

Una visión interna del detrás de escena de las reuniones entre cardenales electores. Todos acudieron a la capital italiana para despedirse de Francisco y ahora se están reuniendo informalmente antes de que comience el cónclave

>Roma está llena de vida, Fue en este período de reuniones previas al cónclave en marzo de 2013 cuando el cardenal Cormac Murphy-O’Connor, el arzobispo retirado de Westminster, y otros europeos con mentalidad reformista comenzaron a impulsar la candidatura de un jesuita argentino llamado Jorge Mario Bergoglio. Sus empeños en los cabildeos durante las cenas dieron resultado y el papa Francisco ganó en la quinta votación.

El cardenal Vincent Nichols heredó el cargo de arzobispo de Westminster que ejerció Murphy-O’Connor. Pero no está asumiendo el papel de principal cabildero papal en estos días de sondeo entre cardenales para tratar de identificar quién entre ellos debería ser el próximo pontífice.

No obstante, Nichols, de 79 años, proporcionó una visión interna de lo que está sucediendo entre sus compañeros cardenales electores, entre comidas en las que disfrutan la famosa carbonara de Roma mientras se conocen entre sí. Todos acudieron a la capital italiana para despedirse del papa y ahora se están reuniendo informalmente antes de que comience el cónclave el 7 de mayo.

Con la excepción de una misa por la tarde —parte de los nueve días de luto oficial por Francisco— el resto del día es libre. Se ha visto a cardenales por la ciudad paseando o comiendo fuera, tratando de que nadie los reconozca.

Nichols indicó que una imagen del futuro papa está comenzando a emerger, al menos en su mente, mientras los cardenales examinan el pontificado de 12 años de Francisco y ven hacia dónde dirigirse desde aquí.

El papa Benedicto XVI nombró a Nichols arzobispo de Westminster en 2009, pero no se convirtió en cardenal sino hasta 2014, cuando Francisco lo incluyó en su primer grupo de cardenales. Posteriormente Francisco nombró a Nichols miembro de varias oficinas importantes del Vaticano, incluido el poderoso Dicasterio para los Obispos, que evalúa las nominaciones de obispos en todo el mundo.

“Mi experiencia hasta ahora, para ser honesto con usted, es que hay mucha escucha atenta”, señaló Nichols. “Eso es escuchar a las personas que podrían tener una idea hoy de quién creen que es el mejor candidato, y no me sorprendería si para el lunes hubieran cambiado de opinión”.

Sí, se han expresado divisiones y desacuerdos. “Pero nunca puedo recordar una época en la que todos los católicos estuvieran de acuerdo en todo”, observó Nichols.

“No somos una brigada de chicos que marcha al unísono”, apuntó. Pero indicó que percibía que los cardenales creen que el papado reformador de Francisco y su exhortación radical a darle prioridad a los pobres y marginados, a cuidar del planeta y de todos sus habitantes, necesitaban consolidarse más con otro pontificado.

En su libro El gran reformador, el biógrafo de Francisco, Austen Ivereigh, describió el cónclave de 2013 y cómo el predecesor de Nichols, Murphy-O’Connor, y otros europeos con mentalidad reformista aprovecharon la oportunidad para impulsar a Bergoglio después de que quedó claro que los italianos estaban disputando entre ellos por el candidato italiano.

“El equipo Bergoglio”, como llegaron a ser conocidos estos cardenales reformistas, había intentado promover a Bergoglio en el cónclave de 2005, pero no logró que su hombre reuniera los votos necesarios después de que creciera el impulso del cardenal Joseph Ratzinger y Bergoglio se retirara.

El gran reformador relata una cena en el Colegio Norteamericano —el seminario de Estados Unidos en Roma— el 5 de marzo de 2013 a la que fueron invitados Murphy-O’Connor y el cardenal australiano George Pell, y donde el cardenal británico destacó las cualidades de un posible primer papa latinoamericano.

“Organizó varias de estas cenas, y creo que hubo algunos de ellos involucrados, algunos que se habían convencido de que Bergoglio era lo que la Iglesia necesitaba”, manifestó Ivereigh el viernes.

“Para mí, no sirve de nada entrar a un cónclave pensando que es como una elección política y quiero que gane mi lado. No voy a hacer eso”, expresó. “Ciertamente que voy a ingresar con mis propios pensamientos, pero listo para cambiarlos, para escuchar y tal vez tratar de persuadir a otros para que cambien los suyos también”.

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