Jueves 10 de Julio de 2025

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10 de julio de 2025

Dos exclusivos restaurantes porteños recomendados por la Guía Michelin debieron cerrar sus puertas

Franca y Sál anunciaron su cierre debido a una difícil situación económica que no pudieron sobrellevar

>Dos restaurantes destacados en Buenos Aires, Franca y Sál, recomendados por la Guía Michelin, decidieron cerrar sus puertas. Ambos habían sido reconocidos por su exclusividad y calidad gastronómica, pero la situación económica hizo que los costos operativos se volvieran insostenibles.

Franca, ubicado en Palermo, era dirigido por Julio Báez, un chef que había logrado gran reconocimiento por su estilo único de cocina. A pesar de la excelente calidad de sus platos y de su éxito en la Guía Michelin, la crisis económica afectó fuertemente su modelo de negocio. El aumento de los precios de los insumos, la devaluación de la moneda y el impacto de la inflación en los costos de operación fueron algunos de los factores clave que llevaron al cierre del restaurante.

Por su parte, Sál, que también contaba con el reconocimiento de la Guía Michelin, siguió un camino similar. Se especializaba en cocina nórdica y había sido creado por el chef Nicolás Díaz Martini. Sus impulsores dijeron que “por razones ajenas a la voluntad, Sál - Cocina Nórdica cierra sus puertas, con 3 años en su haber, 2 menciones en la guía Michelin -2024 y 2025- miles de smørrebrød, shots de aquavit, gravlax y platos donde prepondera el ahumado, las conservas y sabores únicos”.

Este restaurante, al igual que Franca, se dedicaba a ofrecer una experiencia gastronómica de lujo, pero no pudo soportar las dificultades que trajo la crisis económica. Los costos de los insumos y los problemas derivados del tipo de cambio hicieron que la operación se volviera inviable.

Uno de los principales factores que llevaron al cierre de estos restaurantes fue el incremento de los costos operativos. Los precios de los insumos esenciales para la alta cocina, como carnes, verduras y productos importados, se dispararon debido a la inflación y a la dificultad para acceder a divisas extranjeras. Estos aumentos no solo afectaron a los productos importados, sino también a los nacionales, lo que complicó la posibilidad de ofrecer un menú de calidad al nivel esperado por los comensales.

Otro factor importante fue la caída en la demanda. La recesión económica y la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores hicieron que muchas personas optaran por recortar sus gastos, evitando frecuentar restaurantes de alta gama como Franca y Sál. La clientela que antes podía permitirse estos lujos comenzó a ser más cautelosa con sus gastos, lo que contribuyó a la baja en las ventas y a la eventual necesidad de cerrar los establecimientos.

En abril pasado, la ciudad de Mendoza fue el lugar elegido por la Guía Michelin, por segunda vez, para su ceremonia de premiación en el país. En esa ocasión, tres restaurantes recibieron su primera estrella Michelin, que significa “una cocina de alta calidad por la que vale la pena detenerse”: Angélica Cocina Maestra, de los chefs Josefina Diana y Juan Manuel Feijoo, en Mendoza; Riccitelli Bistró, del chef Juan Ventureyra, en Mendoza; y Crizia, de Gabriel Oggero, en Buenos Aires.

En base a las nuevas elecciones, así quedó conformada la guía completa.

Una estrella Michelin:

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