18 de junio de 2025
Kate Middleton compagina la recuperación del cáncer, los deberes reales y la vida familiar: “Se avecinan cambios importantes”

En un informe especial, la revista People analizó cómo la esposa del príncipe William retoma su agenda y se posiciona como figura central en un año clave para la monarquía
El recorrido hasta esta jornada estuvo marcado por la dificultad, el dolor personal y la exposición constante. La noticia del cáncer sorprendió a la familia real y al país, imponiendo un periodo de incertidumbre tanto para Kate como para sus hijos, George, Charlotte y Louis.
Según difundió People, la princesa se enfrentó a la enfermedad y sus efectos, con la falta de privacidad. “No pudo contar con la reserva que suele tener alguien en su situación”, declaró a la resvista una fuente cercana al palacio. Las especulaciones mediáticas hicieron que la familia debiera manejar con sumo cuidado la noticia.La recuperación de Kate tiene un elemento central: el contacto con la naturaleza y el refugio en escenarios privados junto a su familia. “Obtiene sustento en la naturaleza y tiene la suerte de contar con hogares en algunos de los lugares más hermosos del Reino Unido: Norfolk y la finca de Windsor”, describió a People Ailsa Anderson, exprimera portavoz de Isabel II.“Durante mi recuperación, pasé mucho tiempo al aire libre porque ahí encontraba paz”, le reveló Kate a Dwayne Fields, jefe scout que la acompañó en una excursión por el Lake District.
El horizonte inmediato de Kate y William está interpelado por la fragilidad de la salud real. El rey Carlos III también convive con un diagnóstico oncológico, que desde el entorno palaciego definen actualmente como una “condición controlada”. Es así que la pareja anticipa la transición de ciertos roles protocolares y rutinarios.Según la crónica de People, Kate, al igual queWilliam, está preparada para lo que le espera. Bedell Smith, que ha escrito mucho sobre Carlos y la difunta Reina Isabel, recuerda un dicho de la madre de Isabel, la Reina Madre: que el cargo de monarca -y de su consorte- es “una vocación, no un pape”.
Desde su experiencia directa con la enfermedad, Kate se acercó a quienes atraviesan realidades semejantes. Su apoyo a la familia de Liz Hatton, una joven fotógrafa diagnosticada con un agresivo sarcoma abdominal que falleció a los 17 años, se transformó en un gesto público y privado de empatía.Tras la muerte de Liz, la princesa mantuvo el vínculo y la contención hacia su familia. “Sentimos como si entráramos en una familia extendida, como si nos envolvieran los brazos”, confesó Vicky Robayna, madre de Liz.
El regreso de Kate a la vida pública se produce bajo un concepto novedoso para la realeza moderna: darle prioridad a la salud física y mental. Si en el pasado los deberes reales imponían el sacrificio incondicional, en la actualidad la Princesa de Gales demostró que es posible —incluso imprescindible— pausar la agenda para atender la vida íntima.Durante este tiempo, la familia encontró un “santuario” en la naturaleza y los ritmos próximos a la “vida ordinaria”. El verano de los tres hijos representa la promesa de libertad y reencuentro: largas estadías en Norfolk, el tradicional retiro en el Castillo de Balmoral y posibles viajes a las Islas Sorlingas (o al Caribe), se perfilan como rutinas elegidas por la familia real.