17 de junio de 2025
Se dispara el precio del aceite de soja, una de las principales exportaciones argentinas

Fuerte suba de los valores en Chicago luego de un cambio regulatorio en Estados Unidos que impulsa el uso interno de insumos vegetales para combustibles renovables
El mandato incluyó un componente clave para el aceite de soja: la categoría de biocombustibles avanzados, dentro de la cual se encuentra el biodiésel elaborado a partir de ese insumo. Según los datos oficiales, la nueva meta para esta categoría se ubicó en 5.610 millones de galones en 2026 y 5.860 millones en 2027. En 2025, la cifra alcanzaba los 3.350 millones, por lo que el salto fue de aproximadamente 67%.
Uno de los puntos centrales del nuevo sistema es que los biocombustibles importados, o aquellos elaborados con materias primas extranjeras, recibirán sólo la mitad de los créditos RINs respecto de sus equivalentes producidos internamente con insumos locales. Esa diferencia busca incentivar el uso de insumos agrícolas estadounidenses y reducir la participación de aceites provenientes de terceros países.
En paralelo, se definieron nuevos factores de equivalencia. Para el diésel renovable, el valor propuesto fue 1,6 RINs por galón, en lugar de 1,7 como ocurría hasta ahora. Para el biodiésel convencional, el factor se mantuvo en 1,5. También se introdujeron valores para combustibles menos frecuentes, como el jet fuel renovable y otros subproductos.
Según analistas del mercado, estas medidas afectaron las expectativas en torno a la demanda de insumos como el aceite de soja, lo que impulsó las cotizaciones en los mercados de futuros. El viernes, los contratos de julio del producto en la Bolsa de Chicago treparon 6%, alcanzando los 1.112 dólares por tonelada, y el lunes consolidaron un alza acumulada de 11%, con valores cercanos a los 1.164 dólares por tonelada.Otro elemento que reforzó el movimiento alcista fue la suba del precio del petróleo crudo, impulsado por un nuevo episodio de conflicto en Medio Oriente. Los futuros del crudo Brent para agosto subieron 7,26% y cerraron el viernes en 74,1 dólares por barril. La suba de los precios del crudo suele generar una mayor competitividad de los biocombustibles, al elevar el precio relativo de los combustibles fósiles.
La propuesta regulatoria del gobierno de Estados Unidos también generó efectos indirectos en otros aceites vegetales. En Malasia, el precio del aceite de palma trepó por encima de los 4.000 ringgit por tonelada, con una suba intradiaria de 4,1%. La correlación entre el aceite de palma y el de soja responde a que ambos compiten como insumo para la elaboración de biocombustibles, en particular en Asia.La medida de la EPA también buscó reducir los riesgos de fraude con insumos importados, como el aceite reciclado o el aceite de cocina usado proveniente de China, que ingresan al sistema bajo condiciones poco claras. Por eso, se propuso implementar requisitos adicionales de trazabilidad y documentación, obligatorios para todos los actores que comercien productos bajo los esquemas de biocombustibles regulados.
En términos de impacto para los mercados, algunos analistas advirtieron que los futuros del aceite de soja en Chicago comenzarán a reflejar con mayor intensidad las condiciones específicas del mercado estadounidense, dada la distorsión que introduce la penalización a los productos importados. Esto obligará a los operadores a prestar más atención a los precios físicos del producto en Sudamérica y Europa para captar las señales reales de oferta y demanda global.En este contexto, los cambios introducidos por Estados Unidos podrían representar una oportunidad para la industria aceitera local, siempre que el alza de precios se traslade al valor FOB argentino y que los principales destinos mantengan o amplíen su demanda. Actualmente, los compradores más relevantes del aceite de soja argentino son India, Bangladesh, Perú, Egipto y Argelia.
Además, la menor competitividad de los aceites importados en Estados Unidos podría desviar parte de la demanda global hacia productos de origen sudamericano, al menos en los mercados que no están sujetos a los esquemas regulatorios de la EPA.La nueva estructura de mandatos en EE.UU. también debe analizarse en el marco de la estrategia energética de la administración Trump, que busca reducir la dependencia externa y fortalecer el consumo de energía de origen agrícola. En esa línea, se inscriben tanto la penalización de las importaciones como los incentivos al uso de insumos locales.
El debate político también dejó señales. La senadora Joni Ernst, representante republicana del estado de Iowa, uno de los mayores productores de soja de Estados Unidos, celebró la medida y la calificó como una prueba de que “la administración está comprometida con defender la América rural”.