2 de junio de 2025
Desde su exilio en Costa Rica, un sacerdote nicaragüense acusó a la dictadora Rosario Murillo de promover el “odio y venganza”

En la misa por las víctimas de la represión de 2018, Rafael Aragón instó a la reconciliación y condenó la mentalidad excluyente que divide a Nicaragua en medio de la crisis política actual
“Nadie puede considerarse líder de un pueblo si su mentalidad es excluir al otro, al diferente y más si esa exclusión es absoluta, negando la propia identidad de ciudadanos y ciudadanas del pueblo”, indicó.
En otra parte de su homilía, el sacerdote declaró que “el amor de Dios siempre se muestra por lo que hace”, y “se muestra más claramente en la entrega generosa”.
A modo de reflexión, dijo que “los problemas históricos en Nicaragua han creado confrontaciones, que parecían irreconciliables entre hermanos, pero la fuerza del amor de la madre mantuvo siempre la unidad familiar por encima de las opciones políticas y las divisiones ideológicas confrontadas entre los hijos que parecían irreconciliables”.La abogada en el exilio, Martha Patricia Molina, ha documentado La represión contra la iglesia Católica aumentó significativamente en el 2022, cuando pasó de 56 ataques registrados en 2021 a 172 en ese año, según el informe periódico de la abogada Molina, “Una iglesia perseguida”, con cierre a diciembre de 2024. Para el 2023 los ataques crecieron a 321 y en 2024, se contaron 177.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se acentuó tras las controvertidas elecciones generales del 7 de noviembre de 2021, en las que Ortega, de 79 años y en el poder desde el 2007, fue reelegido para un quinto mandato y cuarto consecutivo, con sus principales contendientes en prisión y a los que luego expulsó del país y les privó de su nacionalidad y de sus derechos políticos.
(Con información de EFE)