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30 de octubre de 2024

Roxana Randón, la maestra de escuela que se convirtió en una gran actriz: “Era feliz con mi vida pero me faltaba algo”

En diálogo con Infobae, la creadora de Espacio Abierto cuenta cómo fue que dejó su trabajo como docente y sacrificó su matrimonio para para poder llevar adelante su pasión por el teatro

>“Tengo una gran juventud acumulada”, dice Roxana Randón al referirse a su edad. Y lo cierto es que, en esa juventud de la que habla, ha acumulado sus primeros años en San Juan, su casamiento con Horacio Sbaraglia, el padre de sus tres hijos, Pablo, Leonardo y Javier, sus trabajos como maestra de escuela y el descubrimiento de su pasión por la actuación, que la llevó a desarrollar una exitosa carrera tanto en teatro, como en cine y televisión. Pero claro, en tiempos en los que se esperaba que las mujeres fueran felices sin siquiera salir de sus casas, no fue fácil para ella aceptar que necesitaba jugársela por su vocación. Y, en su momento, esta decisión le costó hasta el matrimonio. Sin embargo, nunca dudó que había tomado el camino correcto. Y mal no le fue. Hoy, además de llevar adelante el estudio Espacio Abierto, donde el sábado 16 de noviembre se presenta con Bastarda sin nombre, sigue siendo una de las figuras más requeridas por los productores. Y el amor volvió a tocar a su puerta, al menos, en un par de oportunidades más...

—Yo vengo de una familia de inmigrantes. De hecho, mis padres, Luis y Edelweiss, me concibieron en el barco viniendo de Italia. Vinieron directo de Roma, mejor dicho de Génova, porque en ese momento el puerto estaba ahí, a San Juan. La historia de ellos es muy larga, da para escribir un libro. Pero la mía, de chiquita, empezó así.

—No, a los tres años y medio nació mi hermana Laura. Y recuerdo esa etapa con mucho cariño. Nosotros vivíamos en una casa con las acequias de fondo, que son los canales por donde pasa el agua. Era un paisaje hermoso. Y yo me crie jugando en esa tierra, llena de árboles, con mis primos que vivían en la misma vivienda pero en otra ala. Ahí hice el jardín de infantes y, después, nos vinimos todos para Buenos Aires.

—¿Qué edad tenía usted?

—¿En ese tiempo comenzó a estudiar danzas clásicas?

—Sin embargo, no pensaba dedicarse a la actuación...

—No, yo quería ser abogada. Veía una serie que se llamaba Perry Mason y soñaba con ser ese personaje e ir a los juicios orales. Eso fue hasta que cumplí los 17, más o menos. Pero no sé por qué, de repente me anoté en el curso de ingreso al Profesorado de Historia. ¡No me preguntes qué pasó ahí porque no me acuerdo! Posiblemente, haya pensado que la carrera de derecho era demasiado larga. Y yo, para entonces, ya estaba de novia con Horacio Sbaraglia, el papá de mis hijos.

—¿A qué edad se puso de novia?

—¡Qué jovencita!

—¿Es verdad que tuvo como alumna a Claudia Villafañe?

—Sí, fui su maestra porque ella era de la zona en la que vivía yo. Todavía nos acordamos de eso cuando nos encontramos. Porque tengo la satisfacción de que, tanto ella como sus compañeras, me recuerden como una maestra diferente para las de aquella época. Porque yo era muy jovencita, pero les marqué muchos aspectos hermosos y vitales de la vida.

—O sea que, más allá del contenido, hacía hincapié en cuestiones del ser humano...

—¿Qué pasó después?

—¿Entonces?

—Hasta ese momento era maestra, esposa y madre: todo lo que se esperaba de una mujer por aquellos años. ¿Qué pasó cuando decidió ser actriz, con todo lo que esta profesión implica?

—¿Y cómo manejó la situación teniendo tres criaturas?

—¿El problema fue, básicamente, en la pareja?

—Es lo único que importa...

—¿Qué pasó con el matrimonio?

—¿Le llegó a fama?

—De ahí en más su carrera nunca se detuvo. Pero cuando tenía la familia perfecta sentía un vacío y, cuando finalmente pudo hacer lo que la hacía feliz, se encontró sin pareja...

—¿Él pudo entender su pasión?

—Es llamativo cómo se cerró el círculo: empezó como maestra de escuela y terminó como maestra de actuación.

—Si tuviera que elegir el cine, la televisión, el teatro o las clases, ¿con qué se quedaría?

—Igual sigue vigente como actriz hasta en las plataformas...

—Casualmente protagonizada por su hijo. ¿Qué siente cuando tiene que acompañarlo a alguna premiación, como los Premios Martín Fierro?

—¿Le molesta que, con semejante trayectoria, la presenten como “la mamá de” Sbaraglia?

—¿Sus otros hijos no se ponen celosos?

—¿Va a ver a Pablo con Los fundamentalistas del aire acondicionado?

—¿Cuántos nietos tiene?

—¿Y cómo es su relación con ellos?

—¿Qué pasa con el amor?

—Si llega que sea para sumar, porque completa ya está. ¿Verdad?

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