Lunes 8 de Septiembre de 2025

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8 de septiembre de 2025

El recuerdo de Gabriela Sabatini a 35 años de ganar el US Open: “Fue lo mejor que me pasó en mi carrera”

El repaso de un título épico para Gaby y sus vivencias de aquellas jornadas que quedaron escritas en la historia del tenis argentino

>El día de gloria había llegado. Y ese momento. El que tanto esperábamos sus fanáticos y, sobre todo, ella misma. El match point. Por primera vez, un título de Grand Slam estaba tan solo a un punto de distancia de Gabriela Sabatini. Las imágenes en directo que nos llegaban por la pantalla de ATC mostraban una jornada a pleno sol en una Nueva York tan radiante como Gaby. Estaba decidida a quedarse con el título. Enfrente, para que le leyenda tuviera más épica, Steffi Graf, su eterna rival.

“Ese punto fue la gloria, nunca sentí algo así dentro de una cancha. Fue como si toda la historia de mi carrera se resumiese en ese momento”. Las palabras de Gabriela, en la charla con Infobae, demuestran lo que significó para ella aquella conquista, que la depositaba definitivamente en la elite del tenis mundial, cuando ya llevaba cinco temporadas trajinando el circuito internacional, desde la fulgurante aparición, en 1985, cuando solo tenía 15 años y logró encaramarse entre las 10 mejores del planeta.

Así nos recordó Gaby como se sentía antes del último Grand Slam de 1990: “Llegaba jugando un muy buen tenis, pero no obteniendo los resultados esperados en los torneos previos, cosa que me frustraba mucho. Pero desde el día en que llegué a Nueva York, no me podía dormir pensando en el momento en el que levantaba la copa, algo que jamás me había pasado. En esa ciudad, yo siempre sabía que tenía posibilidades de ganar, por todo lo que me generaba jugar allí, con ese público y en un lugar tan especial para mí”.

Los dos primeros encuentros los superó con enorme facilidad y el mismo score (6-1, 6-1), ante la local Kathy Jordan y la francesa Isabelle Demongeot. En la siguiente instancia, tampoco tuvo problemas para dejar en el camino a la belga Sabine Appelmans por 6-2 6-4, y tuvo un gran rendimiento en octavos, superando por 6-2 6-1 a la sólida checa Helena Sukova.

Eduardo Puppo es uno de los más reconocidos periodistas de tenis en nuestro país. Estuvo presente en aquel inolvidable torneo y así nos relató cómo fueron los primeros pasos del Sabatini en el certamen: “Ella no llegaba en su mejor momento, pero era una de las cinco favoritas, sin dudas. Fue elevando su tenis a medida que pasaba rondas, pero con altibajos, porque no se la veía con tanta seguridad. A pesar de ganar con facilidad los primeros cuatro partidos, en especial contra Sukova, a partir de los cuartos de final, las rivales la complicaron más, pero Gaby también se consolidó en ataque. Pareció como un cambio mágico: del letargo desde el fondo, a tomar la ofensiva ni bien se le presentaba la posibilidad. Y como su volea y smash siempre fueron efectivos, se sintió muy cómoda”

Eran otros tiempos a nivel comunicación e información. Los partidos no se veían por televisión y los resultados los seguíamos por radio, tratando de escuchar justo el momento en que alguno de los enviados especiales salía al aire. O directamente en el diario a la mañana siguiente, aunque esto, 35 años más tarde, parezca insólito. De esa manera supimos que había logrado superar un duro escollo en los cuartos de final, doblegando a la georgiana Leila Meskhi por un ajustado 7-5 6-4.

Había llegado la hora de la semifinal, el viernes 7 de septiembre, en la tarde argentina. Enfrente de Gaby estaría una jugadora que siempre la había complicado, desde que eran apenas unas chicas que salían al circuito juvenil: Mary Joe Fernández. Como en cada cruce con ella, se dio un encuentro peleado, luchado y plagado de nervios. La sufrida victoria fue para Sabatini 7-5 5-7 6-3 y de este modo nos lo evocó: “Ganar ese partido fue sumamente importante, porque se produjo un quiebre en mi juego, a partir de todo lo que habíamos trabajado con mi entrenador, Carlos Kirmayr. Fundamentalmente, en el juego de ataque y subidas a la red. Pude ejecutarlo de manera muy efectiva y eso me hizo ganar ese partido y tomar confianza para la final”.

Enfrente estaría nada menos que Steffi Graf. Con esa postura dominante, muy germana en sus movimientos, a quien era difícil detectarle los sentimientos. La rival histórica de Sabatini a la hora de la verdad, una vez más. Gaby se tenía toda la fe: “Como cada partido contra Steffi, había mucha tensión, pero sentía que esta era mi oportunidad, sabía que podía ser un partido largo y debido a la extensión del match ante Mary Joe, no sabía cómo iba a responder físicamente. En lo único que pensaba era como jugar cada punto y así hasta el final, cuando logré quedarme con el título”.

El sol que brillaba en Nueva York, también lo hacía en la tarde argentina, como un anticipo de la cercana primavera. Llegó el momento de la premiación y allí sí, la alegría fue completa, cuando Gaby levantó y besó con alegría el trofeo, por el que tanto había luchado. Atrás quedaban los desvelos y frustraciones. También las críticas, muchas impiadosas, que se lanzaban desde nuestro país, cuestionándola porque no podía ganar un Grand Slam, como si fuese una empresa fácil y sin tener en cuenta que ella fue una más de las integrantes de una época dorada y super pareja, en la cima del tenis femenino.

Ya mencionamos como seguíamos los amantes de este deporte los resultados hace 35 años. Y es interesante conocer el otro lado. ¿Cómo eran las coberturas periodísticas? La respuesta la tiene Eduardo Puppo: “Dependía mucho para qué medio lo hacías. En ese momento trabajaba en radio y en la revista Tennis Tour. Me las ingeniaba para escribir, hacer micros para FM Horizonte y hasta sacar fotos. Eran años en que nos acreditaban como periodista y fotógrafo sin problema. Para salir al aire, sin la existencia de celulares ni internet, se complicaba un poco. Y más en Flushing Meadows, porque en la Sala de Prensa “A”, que era arriba de todo en el estadio, solo había dos teléfonos públicos. Otros dos en la Sala “B”, en el segundo nivel. Había que hacer cola para llamar: pedir “collet call to Buenos Aires”, esperar la conexión del operador con el aire, aguardar que terminara uno o dos temas musicales y salir. Si yo estaba en la cobertura, llevaba conmigo los rollos fotográficos que se revelaban en la editorial y trataba de escribir (en máquinas manuales) la mayor cantidad de notas para la revista. Llegaba y se procesaba todo. Con internet mejoramos mucho eso. Los periodistas de diario o agencia mandaban sus notas por fax (que ya existía entonces), pero antes o se dictaba por teléfono y alguien lo tipeaba en la redacción o se emitía por teletipo -cosa que nunca hice- y al parecer era más lento. También se enviaban radiofotos, que llegaban con baja resolución, se imprimían en la redacción y así se publicaban. Internet fue la solución a todo y la inmediatez dejó atrás esa artesanía del periodista”.

Los colegas de aquellos tiempos eran verdaderos artesanos. Al igual que Gaby, que más que tenista, fue una artista dentro de la cancha. Con su talento dibujó tiros extraordinarios, esculpió momentos inolvidables y nos dibujó miles de sonrisas. “Ganar un Grand Slam es lo más importante que le puede pasar a un tenista. Haberlo vivido y que haya quedado en mi historia es algo único. Fue lo mejor que me pasó en mi carrera”.

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