Lunes 18 de Agosto de 2025

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18 de agosto de 2025

Bolivia se encamina a una nueva era

La derecha boliviana alcanzó casi el 80% de los votos, tras 20 años de hegemonía del MAS. Rodrigo Paz ganó la primera vuelta de las elecciones y definirá la presidencia con Jorge “Tuto” Quiroga. Samuel Doria Medina quedó en tercer lugar

>Bolivia se encamina a una nueva era luego de casi 20 años de masismo, repartidos entre Evo Morales y Luis Arce, con una brevísima interrupción institucional. Algunos dirán también que en verdad el país se dirige hacia lo desconocido.

De acuerdo al conteo del Sistema de Resultados Preliminares (SIREPRE), Rodrigo Paz Pereira del Partido Demócrata Cristiano fue el más elegido por los bolivianos: obtuvo el 31,30 por ciento de los votos. Disputará la segunda vuelta con Jorge “Tuto” Quiroga del Partido Libre, quien consiguió el 27,30 por ciento de los sufragios, de acuerdo a ese conteo rápido del Órgano Electoral Plurinacional.

Quiroga, el eterno opositor del Movimiento al Socialismo (MAS) quedó en segundo lugar. Le será difícil conquitar más seguidores: para muchos representa el pasado y hay quienes lo señalan como una figura funcional a Evo Morales. Era, a priori, a quien el jefe cocalero quería al frente de La Paz. Al hablar tras conocerse los resultados, dijo: “Pero la sorpresa no se circunscribe sólo en la figura de Paz. Los tres candidatos que representaban el centro derecha y la derecha consiguieron el primero, el segundo y el tercer lugar de las preferencias populares y acumularon en total más del 78 por ciento de los votos con una alta participación del 92 por ciento del electorado. El plan de Morales de un aluvión de votos nulos no funcionó.

Si bien es cierto que el jefe cocalero no pudo registrar su nombre para participar de la contienda -la Constitución y la justicia se lo impiden-; que el MAS llevó un desdibujado y gastado candidato oficialista -el ministro Eduardo del Castillo-; que la izquierda en su conjunto estuvo fragmentada y que el gobierno de Arce fue una decepción y un fracaso, el rotundo cambio de preferencias del pueblo boliviano marca el hartazgo de una época y el comienzo de una nueva era.

Cualquiera de los dos candidatos que consiga la mayoría el próximo 19 de octubre tendrá desafíos monumentales. El primero será conseguir la unificación de un país dividido, “plurinacional”. Ese concepto le sirvió a Evo Morales para moldear a su medida la actual constitución, fragmentar el país y dejarlo al borde de un cisma. También le permitió “refundar” a su antojo una nación que ya existía.

Esas mismas fronteras son testigo de un tráfico mucho más nocivo que cruza el Atlántico: el narcotráfico. Bandas brasileñas, peruanas y paraguayas se benefician de la permeabilidad no sólo de los límites geográficos bolivianos, sino de la amabilidad oficial, tanto política como militar. Todo mientras las plantaciones de coca crecen en superficie al resguardo de su principal jefe, Evo. ¿Podrán Paz o Quiroga combatir estos emprendimientos? ¿Querrán? ¿Se animarán a pedir ayuda si fuera necesario?

El reordenamiento de la política internacional también resultará un reto urgente. Bolivia mantiene desde hace casi 20 años una disciplina de obediencia hacia Cuba y Venezuela que la llevó a la actual situación. Desperdició una década y media de precios de comodities astronómicos para sostener el plan de influencia de La Habana y del Socialismo del Siglo XXI. Cuando esos valores se evaporaron, los bolivianos cayeron en la realidad de que todo fue un espejismo. Gas ya no hay y la infraestructura sigue siendo la misma del siglo pasado.

Esas relaciones la llevaron a la ruptura con Estados Unidos y con Occidente. En cambio, prefirió abrir las puertas a dictaduras regionales y teocracias como la de Irán o autocracias como la de Rusia y China, donde los valores democráticos y los derechos humanos se desprecian. Para peor: ninguno de esos regímentes presentaron inversiones que mejoraron la vida de los habitantes de esta rica nación latinoamericana. Sólo succionaron sus recursos.

63 días separan este domingo 17 de agosto del domingo 19 de octubre. Posiblemente tanto Paz como Quiroga acaparen el interés de los medios locales e internacionales y debatirán ideas, proyectos y alianzas.

Morales, en tanto, se mantendrá en su refugio del Trópico de Cochabamba para evitar ser detenido. Desde allí diagramará cómo frenar a la nueva derecha que gobernará Bolivia durante los próximos cuatro años. Apostará por el caos. No tendrá problema en incendiar el país ni en “contar muertos”. Ya lo hizo otras veces.

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