4 de agosto de 2025
Senado: finalizó el receso inventado y se reanuda la lenta discusión sobre la integración de la Corte Suprema
Nuevo lote de disertantes mañana. Persiste la desconfianza sobre la titular de la comisión de Asuntos Constitucionales, la cordobesa Alejandra Vigo. El kirchnerismo volvió a presentar un proyecto que apunta a nueve magistrados y dejó atrás las siete butacas propuestas hace menos de dos meses
Hace menos de dos meses atrás y, en plena efervescencia de la condena –hoy firme y con prisión domiciliaria- contra Cristina Kirchner, el jefe del Frente de Todos en la Cámara alta, José Mayans, deslizó: “Vamos a trabajar para tener siete miembros. Vamos a acompañar la paridad en género, queremos un mínimo del 40% de mujeres en la Corte”. Con menos de 15 días de diferencia, su colega Juliana di Tullio (Buenos Aires) repitió la idea de 2020 de su autoría y del expresidente -y exlegislador- Adolfo Rodríguez Saá (San Luis). Su objetivo coincide con los recientes dichos de Mayans: ahora prefieren nueve.
En el mismo artículo se establece que “a los fines de garantizar la procedencia regional”, el máximo tribunal de Justicia del país estará compuesto “por integrantes de las distintas regiones del país: la región Patagónica, la región Cuyo, la región Centro, la región Norte Grande Argentino y la región Buenos Aires”.
El 28 de dicho mes, Asuntos Constitucionales concretó su primera reunión informativa. Allí, el peronista disidente Juan Carlos Romero (Salta) advirtió: “Si no están de acuerdo los tres miembros del tribunal, no hay mayoría y hay que citar conjueces. ¿Cuál es el riesgo? Uno, es el aumento o dilación de las soluciones; y la otra, más grave, al ser gente que viene de otros tribunales, puede llegarse a cambiar la jurisprudencia histórica de la Corte en diversos temas”.
Romero es colega de Vigo en el interbloque Provincias Unidas, un espacio que viraría -de nuevo- siempre y cuando germine para diciembre la promocionada jugada de los últimos días de un puñado de gobernadores que intenta sortear los extremos que alimentan, sin cesar, la Casa Rosada y el kirchnerismo.El salteño luego expresó: “Que la decisión la tomen magistrados que no tienen tan viva la necesidad de la tradición en los fallos puede llevar a que terminemos cambiando, de un día a otro, jurisprudencias aceptadas”. Y finalizó: “Hay algunos que dicen que aumentar el número genera inseguridad. Es posible, pero más grave es el hecho de que se pierda una línea de trayectoria en los fallos que nos haga previsibles. Y, sin justicia previsible, vamos a tener un riesgo de inseguridad para mucha gente”.