23 de junio de 2025
En los primeros 5 meses del año, el superávit fiscal explicó solo 2% de los recursos líquidos del Tesoro

Según un informe privado, el resto fueron “utilidades” del BCRA, desembolsos del FMI y emisión de bonos. Sin acceso al mercado internacional de capital, sostener el esquema financiero requiere constantes operaciones. Por eso es clave la reducción del riesgo país
Se trata de un esquema de constante malabarismo financiero, en el que fue clave el acuerdo con el FMI y el desembolso inicial de USD 12.000 millones y que deja en evidencia la enorme brecha entre el superávit fiscal y las necesidades de recursos. Por eso, para mantener el esquema fiscal-monetario-cambiario es clave reducir el riesgo-país a niveles que permitan refinanciar vencimientos en el mercado internacional a un costo aceptable. Esa meta se volvió más elusiva porque el rendimiento de los bonos de EEUU a 10 años (nivel a partir del cual se suma el riesgo-país) se mueve en torno del 4,5% anual.
El manejo de liquidez, dice Quantum, debe ser consistente con el objetivo de evitar la expansión monetaria, acumular reservas, mejorar el balance del BCRA y administrar la deuda financiera. Para ello, además del superávit fiscal, el Tesoro necesita renovar constantemente deuda en pesos de todos los colores (plazos, moneda, actualización) y con ajuste de capital. “Un porcentaje de rollover (refinanciación) superior al 100% implica un aumento de la liquidez del Tesoro (y absorción monetaria si la deposita en el BCRA) y un rollover menor al 100% implica lo opuesto, más liquidez”, aclara el informe.Quantum estimó ese manejo, que de enero a mayo permitió a Economía generar “colchones” de liquidez que aseguren el pago de la deuda, despejen dudas sobre futuras cancelaciones y permitan reducir el riesgo-país.
“En la medida en que se generen colchones en pesos y esa liquidez se mantenga en cuentas del Tesoro en el BCRA, las operaciones implican absorción monetaria”, aclara el informe. Hasta ahora, ese manejo se sustentó un poco en el superávit fiscal primario y mucho más en reordenar el balance del BCRA con el crédito del FMI y “administrar pasivos”, un constante trasiego de deudas en pesos y en dólares, mayormente heredada, pero cuya dinámica cuesta ralentizar.Prolijo, el Tesoro ya separó pesos suficientes para comprar los dólares que necesita para el vencimiento del 9 de julio, dice el monitor, y destaca que el grueso de la acumulación de liquidez en 2025, en pesos y en dólares, se dio en los últimos meses, con el desembolso del Fondo y la transferencia de utilidades del BCRA al Tesoro (el 25 de abril pasado), por poco menos de 12 billones (millones de millones) de pesos, equivalentes a 1,3% del PBI, que el Tesoro a su turno depositó en el Central.
Además, en las últimas semanas los depósitos del Tesoro en dólares en el BCRA aumentaron en USD 1.000 millones por la emisión del Bonte 30, que se reabrió la semana pasada en USD 500 millones. Como en las licitaciones la refinanciación excedió el 100%, el Tesoro usa parte del excedente de pesos y dólares para recomprar deuda -AL30 y GD30 en manos del BCRA- y absorber liquidez aumentando sus depósitos en pesos.Este juego constante, casi semanal, se seguirá repitiendo mientras el riesgo-país no se reduzca lo suficiente para que Economía acceda a los mercados de capital internacional en volúmenes de recursos, plazos más largos y costo aceptable. Algo que por ahora no se logra avizorar.