29 de abril de 2025
Los cardenales comienzan a llegar al Vaticano para el Cónclave: sorteo de habitaciones, toque de queda y un minibar arrasado

Los electores comienzan a perfilar, entre conversaciones reservadas y cenas discretas, quién podría ser el sucesor de Francisco, el Papa que dejó una huella imborrable
Las jornadas de los cardenales están marcadas por una rutina intensa. Asisten a las Congregaciones Generales en el Aula Pablo VI, participan en las misas de los novendiales en San Pedro y visitan iglesias de referencia.
Pecorari, veterano de múltiples cónclaves, explicó cómo la cotidianidad se mezcla con la solemnidad del evento. Según reveló, después de las celebraciones religiosas de cada jornada, se “escapan” a lugares más relajados, como el Caffè dei Papi, un pequeño rincón en Roma que parece ser inevitable para aquellos que, como él, buscan desconectar brevemente de las tensiones del proceso.
Este escenario, aparentemente distendido, esconde en realidad conversaciones profundamente significativas.A menudo, estas conversaciones se tornan en un juego de “conocerse” entre los posibles candidatos y de intuir quién puede ser el más adecuado para la difícil tarea que les espera.
Los medios locales detallan que los cardenales frecuentan restaurantes como La Rustichella y Marcantonio, donde disfrutan de la gastronomía local. Pecorari, de hecho, aconsejó a sus amigos ingleses y norteamericanos que dejen la vestimenta roja en el colegio y guarden el anillo cardinalicio, ya que “los gastronómicos podrían aprovecharse y cobrarles más, especialmente por el vino”.En los ultimos días, detalla el diario italiano, dos cardenales que visitaron la histórica Latteria Giuliani para comprar helado se encontraron con clientes que se arrodillaron para recibir una bendición, lo que causó cierta incomodidad.
Las salidas son un gran espacio de distensión, pero Santa Marta tiene reglas y hay que respetarlas. Pecorari recuerda cómo, en una ocasión, cenó junto a su amigo el cardenal Mario Zenari, nuncio apostólico en Siria, en un restaurante cercano a la ciudad. Tras disfrutar de una excelente cena, los dos cardenales tuvieron que apresurarse para llegar antes de las 22:30 al Vaticano, ya que, de lo contrario, tendrían que pedir permiso a las guardias suizas para entrar.Las conversaciones que tienen lugar en estos espacios de relajación son de suma importancia, ya que los cardenales van perfilando, en privado, el futuro del Vaticano, en medio de una de las elecciones más trascendentales de los últimos años.
Pecorari menciona que, aunque lo más importante es la inspiración del Espíritu Santo, también existe una “campaña electoral” tácita entre los cardenales, quienes deben establecer acuerdos y formar consensos.