28 de abril de 2025
La historia del escandaloso primer Superclásico del profesionalismo: expulsados, abandono y una polémica definición

Los detalles del Boca-River que marcó un antes y un después en el fútbol argentino
Los riverplatenses estaban arriba en el tanteador por el tempranero gol de Carlos Peucelle a los 16 minutos. Sin embargo, Boca quedó a tiro del empate con una pena máxima sancionada por el árbitro Enrique Escola por infracción sobre Francisco Varallo, máximo artillero azul y oro hasta la irrupción de Martín Palermo a fines de los 90. Fue Pancho el que tomó el balón y originó lo que sería una gresca que derivaría en la suspensión del match y el retiro de uno de los equipos.
En un documental, Varallo recordó: “Cada vez que yo pateaba un penal para Boca, Cherro venía y me colocaba la pelota en los 12 pasos y me decía ‘dale, Pancho, a la cara’. Pateé con alma y vida, vino hacia a mí la pelota otra vez, vuelvo a patear y por ahí medio que lo toqué a Iribarren, que la iba a agarrar. Con la pierna izquierda, la metí adentro y salí gritando el gol. Me corrieron todos para que yo dijera la verdad. Yo, no. Nada. Bonelli insultó al referí y echaron a tres jugadores (de River). Después el referí suspendió el partido y lo ganamos en la AFA”.El testimonio de Varallo es un buen resumen de lo acontecido. Las crónicas de los diarios publicados al día siguiente repasaron también que el clima había estado caldeado desde temprano por el partido preliminar entre juveniles. River había pedido offside en el 2-0 parcial de Boca y Antonio Gandulia descontó antes de insultar a su rival Luis Strada, quien le propinó una patada en la cabeza. Si bien el árbitro expulsó de la cancha al defensor boquense, el capitán millonario decidió retirar a su equipo de la cancha luego de que Gandulia se fuera del campo con el rostro completamente ensangrentado.El 8 de octubre, un par de semanas después del pleito y el resultado inconcluso, el Tribunal de Honor de la AFA falló a favor de Boca, a quien le dio ganado el partido por 1-0 pese a que con el tanto convalidado a Varallo el resultado parcial era 1-1.
Paradójicamente ese campeonato finalizó con otro enfrentamiento en la Fecha 34, la última del certamen, en el estadio que River tenían en la intersección de las calles Alvear y Tagle, en Palermo. El Xeneize, que ya se había consagrado campeón con antelación por el triunfo como local 4-2 ante Talleres de Remedios de Escalada, dio la vuelta olímpica antes de iniciarse el Superclásico. Ese 6 de enero, el elenco de la Ribera volvió a imponerse, esta vez en el campo de juego: fue 3-0 por los goles de Alberino, Mutis y Varallo.