25 de febrero de 2025
Guerra de naranjas: el insólito carnaval con siglos de historia que se celebra en Italia

Lanzándose el jugoso fruto, los habitantes de Ivrea recrean la revuelta popular contra un tirano ocurrida siglos atrás
Aunque la leyenda que inspira el evento se remonta al siglo XII, la Batalla de las Naranjas como tal comenzó en 1858, según detalló el sitio oficial del carnaval. En sus inicios, los participantes utilizaban piedras para representar la lucha, pero con el tiempo estas fueron reemplazadas por naranjas, un fruto que, aunque menos peligroso, mantiene el espíritu combativo de la tradición.
El evento se organiza de manera meticulosa. Los participantes se dividen en equipos que representan a los ciudadanos rebeldes y a las guardias del tirano. Los primeros, vestidos con atuendos medievales, lanzan naranjas desde el suelo, mientras que las guardias, protegidas con cascos y máscaras, responden desde carros que recorren las calles de la ciudad.
Según consignó el medio oficial del carnaval, esta dinámica busca recrear la lucha entre los habitantes de Ivrea y las fuerzas del barón.El Carnaval de Ivrea, del cual la Batalla de las Naranjas es el evento principal, se ha convertido en un atractivo turístico de gran relevancia. Cada año, miles de personas acuden a la ciudad para participar en la batalla o simplemente para observar el espectáculo.Roberto, un participante habitual de la batalla, destacó en un comunicado la importancia histórica de esta tradición: “Es una reconstrucción histórica basada en un hecho real que ocurrió hace cientos de años con una revuelta contra un rey. En el último siglo se comenzaron a usar naranjas, pero antes lanzábamos piedras, si puedes imaginar eso”.
La Batalla de las Naranjas no tiene comparación con ninguna otra festividad en el mundo. Su combinación de historia, simbolismo y carnaval la convierte en un evento único que atrae tanto a locales como a visitantes internacionales. Según detalló el sitio oficial del evento, la celebración no solo es una oportunidad para recordar el pasado, sino también para fortalecer los lazos comunitarios y compartir una tradición que ha perdurado por más de 150 años.