11 de noviembre de 2024
Vivian El Jaber, la actriz que eligió Moria Casán, Ricardo Darín, y fue ovacionada junto a Jonathan Pryce en The Penguin Lessons

Conversó con Teleshow, después de los aplausos que cosechó en el Festival Internacional de Cine de Toronto. El desafío de interpretar a una abuela de Plaza de Mayo en una película inglesa. Por qué no volvería a Cha Cha Cha y los divismos en la TV. “Yo encarno los personajes”, confiesa
—Se llama María y es una abuela que trabaja en esta escuela inglesa. Esta historia es real. Pasó acá en Argentina, en Quilmes, en la escuela bilingüe St George’s. Esta es una novela relatada por un profesor de inglés que rescata un pingüino. Por eso se llama Las lecciones del pingüino. Lo esconde en la escuela y ahí yo me hago amiga de este profe. En ese momento desaparece mi nieta y toda la peli está atravesada por la desaparición de mi nieta. Para mí fue muy fuerte hacerla. Estuve investigando todo lo que ya uno sabía, pero al componer volvés a investigar, volvés a vivir y te diría que volvés a transitarlo emocionalmente. A mí me atravesó de otra manera toda esa parte oscura nuestra. Fue como si me hubiera caído una ficha por primera vez.
—Realizaste un casting online, algo que hasta hace poco tiempo era impensado. ¿Cómo vivís esto de competir, entre comillas, con actores de cualquier parte del mundo por un papel? ¿Cómo fue tu acercamiento con tus compañeros de la película?—¿Qué diferencias encontraste en la forma de trabajar, además de los presupuesto, en la forma en que se hace cine en la Argentina?
—Yo no hice mucho cine acá. Lamentablemente no soy convocada para hacer cine, por eso empecé a abrir puertas afuera. De hecho, me reía porque allá me preguntaban cuántas películas había hecho en el año. “Yo no hago pelis en mi país”, les dije. Esa es una especie de dolor que tengo yo con este país. Hago mucho teatro, pero cine sinceramente no. La primera diferencia grande que encontré es que tratan a todo el mundo igual. Vos tenés tu motorhome y todo el mundo es igual. Todo lo que pedís, lo tenés. Me impresionaba que yo tenía dos asistentes para mí y una doble de luz. Por eso digo que hay una industria. Hay otro dinero en producción. Yo laburé muy distinto que acá, pero tampoco es que acá hice tanto cine. A mí me asombró que comíamos todos juntos, que estábamos todos en el lugar junto al que hacía un ‘bolo’ hasta yo, que era la coprotagonista, y Steve, que es el protagonista. Eso es maravilloso. Te relaja de una gran manera. Hay tiempo.—Ese tiempo imagino que facilita el poder estar pendiente estrictamente en tu trabajo frente a cámara.—¿Cómo se transitan esas emociones? Entiendo que es el trabajo del actor, pero cómo una persona puede estar llorando 15 horas seguidas. Terminaste deshidratada, mínimo.
—¿Venís de familia de actores? ¿Artistas?
—No tengo idea porque no hay ningún actor en la familia. Mi mamá pinta y yo, de hecho, también. Hago cursos y talleres de dibujo y pintura. En realidad yo iba a ser pintora, iba a seguir Bellas Artes y la vida me llevó para otro lugar. Lo único que sí te puedo decir es que mi viejo es muy histriónico. Es científico, físico matemático y nada que ver. Pero sí vos lo ves a él en sus clases es una especie de de clown, payaso. Los chicos se mueren de risa estudiando quinto año de ingeniería. Tiene una cosa muy histriónica. Yo creo que hacer lo que uno ama ya es un montón. Esta es una profesión hermosa. Una profesión libre.—Es muy doloroso. Yo intenté migrar en una época cuando tenía 20 años, en el 88, y fue muy duro. Volví porque no me la banqué. Emigrar tampoco es fácil. Es duro, pero hoy en día que se me están abriendo las puertas afuera, es doloroso. Acá directamente la están matando. No hay nada. Oscuridad. En 38 años de carrera hice dos o tres películas y afuera con una película no te puedo explicar la cantidad de gente que me llamó, que quieren que vaya a vivir allá. Acá de golpe no pasa nada, entonces eso es muy fuerte.
—Te reencontraste con Alfredo Casero en la obra de Cha Cha Cha que está realizando en Calle Corrientes, un programa que marcó a toda una generación y fue un semillero para muchos, incluyéndote. Se te vio emocionada.—Algunos de tus personajes más recordados en televisión fueron en Polka de la mano de la guionista Carolina Aguirre, junto a Leandro Calderone, en Farsantes, Guapas, ATAV. ¿Cómo fue esa sinergia?
—¿Qué te pasa con que escenas que hiciste en Educando a Nina, en Un cuento chino o en Viudas e hijos del rock and roll se sigan compartiendo y comentando en las redes aunque hayan pasado 15 o 10 años?
—¿Qué te pasa cuando aparece esto de que hay actores cool y hay otros que no lo son. ¿Cómo te llevás con eso?
—¿Viviste muchas situaciones de este estilo que nacen en los rodajes, en las obras de teatro, de divismos y egos? ¿Qué hechos recordás?
—Vos sos una fuente de inspiración para muchas actrices y actores. ¿Quiénes te inspiraron? ¿Quiénes lo hacen hoy en día?