Radiografía de Nicolás Ramírez, el árbitro del Superclásico: el empleado administrativo que viaja en tren y cumplirá un sueño
El juez, de 37 años, ya condujo los clásicos de Rosario, Avellaneda y San Lorenzo-Huracán. El sábado le tocará dirigir Boca-River en La Bombonera
>
Maximiliano Nicolás Ramírez es
Nacido en Gonzalez Catán el 18 de noviembre de 1986 (37 años), empleado administrativo en una obra social, continúa trasladándose a sus tareas habituales con total humildad: suele viajar en tren, como si el fin de semana no se pusiera al frente del partido que paraliza la Liga Profesional. Comparte sus alegrías deportivas junto a sus tres soles: su esposa Virginia y sus dos hijos Félix y Lázaro.Debutó en la máxima categoría del fútbol argentino a fines del 2017, en el encuentro entre Chacarita y San Martín de San Juan. Desde el 2023 fue designado como árbitro FIFA. Fue protagonista este año de encuentros destacados como el 1-1 de San Lorenzo y Huracán por la 6ª fecha del campeonato en el Nuevo Gasómetro, el triunfo 1-0 de Rosario Central sobre Newell’s por la 10ª jornada en el Gigante de Arroyito y la igualdad 0-0 de Racing con Independiente en el Cilindro correspondiente a la 12ª fecha. Le faltaba un duelo a su colección: el del sábado.Es un árbitro con una presencia física fuerte y dominante, a través de su postura, expresión facial y gestos que transmiten confianza y autoridad. Está considerado como uno de los jueces de mayor futuro en el plano internacional. Posee un profundo respeto por el espíritu de las reglas y el juego, precedido de autoridad y seguridad. Se trata de un pragmático, pero no posee todavía la solidez para ofrecer continuidad y ventajas cuando el contexto de las jugadas le ofrecen la oportunidad.Una de sus virtudes más destacables es su actitud serena y firme, con la que accede a gestionar situaciones tensas de forma eficaz, logrando minimizar los conflictos entre jugadores. Conserva un trato con los futbolistas y entrenadores acorde a su seriedad y perfil, lo que ofrece un grado de credibilidad como su mayor valor agregado.Ostenta 155 partidos dirigidos a nivel nacional, con un promedio de 4.98 tarjetas amarillas por duelo y 0.35 tarjetas rojas.
Su corta experiencia en encuentros de alto impacto mediático a nivel nacional e internacional, que lo pueden llevar a sufrir dificultades en el control del juego y a batallar con situaciones complejas y controvertidas. Su naturaleza es apoyarse en la tecnología y en el trabajo en equipo.En síntesis, si la propuesta de ambos equipos se relaciona con el juego abierto, posibilitará su lucimiento. Su nominación asoma como un acierto de la Comisión de Árbitros.