12 de agosto de 2025
Un estudio global advirtió sobre la contaminación plástica en ríos y sus consecuencias ambientales

Un relevamiento realizado en ocho países reflejó esta problemática, con grandes diferencias en la composición según la región
Durante el periodo de análisis, los equipos locales, integrados por organizaciones sociales y empresas comunitarias, recolectaron residuos de manera casi continua y sincronizada, y emplearon tecnologías adaptadas a cada río. El esfuerzo conjunto representó 250 meses de muestreo y permitió obtener una media de 15.370 kilogramos de residuos recolectados por mes en todos los sitios, de los cuales 10.137 kilogramos correspondían a plásticos.
“Lo realmente emocionante de este esfuerzo es que pudimos responder la misma pregunta (¿cómo se ve realmente la contaminación plástica en los ríos?) en muchos contextos, geografías y culturas diferentes”, enfatizó el autor principal, Chase Brewster, científico del proyecto en el Laboratorio de Ciencias Oceánicas Benioff de la UCSB.Las diferencias entre ríos fueron notables: mientras el Athi River en Kenia registró los mayores volúmenes de residuos plásticos (31.731 kg por mes), el río Portoviejo en Ecuador presentó los valores más bajos (93 kg por mes). Sin embargo, variables como la complejidad tecnológica de los sistemas de recolección, el tamaño del río o la población cercana no explicaron por sí solas las diferencias observadas.Su presencia extendida en los residuos refleja el uso masivo de estos productos de un solo uso y su facilidad para dispersarse en el ambiente. Asimismo, su proporción osciló desde el 1,2% en el río Juan Díaz de Panamá hasta el 65,4% en el canal Lat Phrao de Tailandia.
En cuatro de los ocho ríos, la capacidad técnica permitió clasificar los plásticos según productos de un solo uso. En Kenia y Ecuador, las botellas de bebidas fueron los artículos más abundantes, mientras que en Indonesia y Vietnam destacaron las bolsas plásticas.
La proporción de bolsas en los residuos fue especialmente alta en Vietnam (46,2%), país que aún carece de una prohibición sobre su uso, en contraste con Kenia, donde la prohibición total se tradujo en una presencia mucho menor de este tipo de residuos. Esta diferencia ilustra el impacto potencial de las políticas públicas, aunque los autores advierten que la efectividad depende del diseño y la aplicación de las medidas.El destino final de los residuos plásticos recolectados varió considerablemente entre países. Solo el 14% del plástico fue reciclado, mientras que el 62,9% se destinó a procesos de downcycling (transformación en productos de menor valor), el 12,3% se utilizó para valorización energética, el 3% se reutilizó y el 7,8% terminó en vertederos.El estudio identificó varios factores que explican las diferencias observadas entre los ríos. Las políticas públicas, como las prohibiciones de bolsas plásticas, demostraron capacidad para reducir ciertos residuos, aunque su impacto depende de la cobertura y el cumplimiento.
“En un momento en el que el creciente número de titulares sobre la amenaza de la contaminación plástica para la salud humana, animal y planetaria puede hacernos rendirnos, este trabajo demuestra que río por río, comunidad por comunidad, podemos recopilar los datos necesarios para informar un cambio sistémico duradero e inspirar esperanza en el camino”, manifestó Molly Morse, coautora y directora de la Coalición de Corrientes Limpias y gerente sénior del Laboratorio de Ciencias Oceánicas Benioff.
A partir de los datos obtenidos, los investigadores formularon recomendaciones para abordar la contaminación plástica en los ríos. Entre ellas, destacan la necesidad de crear valor económico para los residuos plásticos, por ejemplo, mediante políticas de contenido reciclado mínimo o sistemas de depósito para envases, lo que incentivaría su recuperación y reciclaje.